Comprar con tarjetas de crédito ¿Promociones?

El propósito es elevar las ventas, las campañas publicitarias ofrecen grandes descuentos por comprar con tarjetas de créditos. Dio el resultado esperado ya que muchos consumidores esperan el día para ir al shopping o al supermercado y de esta manea se aprovecha el descuento ofrecido. Comprar con tarjetas es un arma de doble filo, los grandes descuentos  se diluyen al financiar el saldo, seis de cada 10 personas no cancelan el importe mensual y financian la diferencia a un costo superior que puede llegar al 60%.

Las promociones lanzadas entre las entidades financieras y los comercios es lo que permitió sostener el consumo. Ejemplos:

• Standard Bank, dependiendo del rubro donde se otorgue el beneficio y del porcentaje de descuento, el incremento de operaciones puede llegar a incrementarse hasta ocho veces en un día.
• Galicia, que además los comunicaron con una campaña de alto impacto, lograron en sólo dos días vender lo que en otros momentos llevaría dos semanas.

Pero la inducción a comprar es peligroso para los consumidores, que para no perderse las ofertas son muchos los que llegan a tocar fondos en sus bolsillos .

Al momento de pagar la compra, solamente pagan el mínimo ofrecido por el banco, que es quién financia el resto, lo que ocasiona un costo ´que supera ampliamente el beneficio obtenido.

Según datos de Notibancos.com, del stock de financiaciones otorgado por las entidades mediante tarjetas de crédito, que alcanza un promedio de $15.500 millones, sólo un 40% de los usuarios cancela el total y el 60% restante el mínimo o una parte.

Gustavo Giraldez, CEO de la consultora, explicó que:“Hasta noviembre de 2008 la gente usaba la tarjeta como un medio de pago pero a fines de ese año, y especialmente en lo que va de 2009, comenzaron a utilizarla como un medio de financiamiento”.

A partir de esta tendencia, los montos comenzaron a engrosarse y la deuda contraída por tarjeta pasó de 2 sueldos promedios de saldo a 3,5 sueldos promedios, con un gasto que puede ir desde los $900 hasta los $2.000, dependiendo de la entidad y el perfil compulsivo del usuario.

Giraldez, afirmó que: «En 2008 la gente pagaba el total del resumen pero ahora se ve limitado para hacerlo”

Aumento de gastos

El hecho es que el aumento de los gastos es superior y solamente de cada diez personas cuatro de ellas pagan el total, esto es por que:

• Nielsen mediante un informe, dice que es porque la gente aprovecha a hacer compras los días de descuentos. Y es en ese momento donde se tienta a adquirir algo que no estaba en la lista de prioridades, pero que igual se elige para aprovechar la oportunidad, asociándolo a una inversión.
• Sintiendo de esta manera, que retoman el poder de compra que aniquiló la crisis aunque muchas veces no es así dado que la inflación no da respiro y la pérdida de poder adquisitivo sigue siendo una realidad. Tal es así que, según la consultora CERX, los ingresos familiares cayeron significativamente, situación que lleva a muchos a un laberinto sin salida.

Giraldez, dice que la deuda también se incrementa, cuando se habla de 12 cuotas “sin interés”, ya que igualmente se está pagando una carga extra, que en las entidades llega a un promedio de 15%. “No tienen costo financiero directo, pero sí se cobra a través del costo de los resúmenes y seguros, entre otros”.

A estos cargos, se le debe adicionar el que resulta de financiar los saldos, cuyo costo financiero total (CFT) puede superar el 60%, tal como puede observarse en el cuadro:

El crac de las cuentas

En la actualidad en el mercado hay 17.5 millones de tarjetas de crédito bancarias, sumándosele otros 10,5 millones de tarjetas cerradas, es decir, emitidas y administradas íntegramente por entidades no bancarias.

Del total:

1. 73% del circulante pertenece a titulares
2. 27% restante, a adicionales o extensiones
3. 92% del stock, a plásticos estándar
4. 8% restante, a preferenciales (gold, platinum, corporate, etc.).

Sin embargo, en el último año el mercado se contrajo y se perdieron un millón de tarjetas, pasando del boom de multiplicar plásticos para hacerse de más beneficios, un hecho característico de la primera mitad de 2008, momento en el que había 2,5 tarjetas por habitante, a un escenario más calmo donde el promedio es de 1,9 por cada uno de ellos.

Cuidado al utilizar la tarjeta

Los grandes beneficios otorgados con el fin de capturar a  los consumidores, son realmente un arma de doble filo, pero para ambos. Las entidades reconocen que ya se instalaron en la sociedad y les será muy difícil quitarlos, mientras que gran parte de las familias hicieron un uso desmedido y ahora se les hace cuesta arriba el poder cancelar los compromisos asumidos.

Osvaldo del Río, gerente de Retail de Nielsen Company, opina que  este es un camino de ida que no tiene retorno, donde los actores involucrados tendrán que otorgar cada vez más beneficios y descuentos con tal de satisfacer la demanda de la gente, que difícilmente aceptará comprar sin acuerdos.

Aumento del endeudamiento y de la mora

Las entidades financieras reconocen que este cruce de acuerdos es una  metodología ya consolidada en el mercado. Explicando que es el costo que deben asumir por banca rizar a una parte de la sociedad, que aún no lo está, o bien encuentran en el plástico la puerta de entrada para luego vender otros productos. En definitiva, esto permite compensar gran parte del esfuerzo.

La consultora PriceWaterhouseCooper´s, dio a conocer, según lo publicó Profesional.com,  el nivel de endeudamiento por familia alcanza los 8,5 sueldos en promedio cifra que considera, además del crédito por tarjetas, adelantos en cuenta corriente y otro tipo de préstamos bancarios a los que forman parte del sistema no bancario.

Más preocupación

Javier Casas Rua, socio de PricewaterhouseCoopers, explicó que: “Es preocupante el nivel de endeudamiento porque, con la inflación, el poder adquisitivo se deteriora y las clases medias dejan de pagar”.

El experto también indicó que este índice de deuda es grave, más teniendo en cuenta que el nivel de generación de créditos en Argentina es muy bajo en comparación con el PBI. Comentando que: “Sin embargo, en un mercado donde la capacidad de monetización con préstamos es acotada, en relación a otros países, el nivel de endeudamiento por consumo se potenció con fuerza, especialmente a partir de la crisis”.

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