Luego de que Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, anunció que a mediados de enero de 2013, la línea “A” de subterráneos dejará de prestar servicio por un plazo que puede llegar hasta los 60 días para permitir la adaptación de los nuevos coches que reemplazarán las actuales unidades que tienen unos cien años, se generó la gran polémica. No sólo por el tiempo que la ciudad quedará sin ese servicio de transporte sino que también por el reemplazo de los coches.
Antes de que finalice el año pasado, el mandatario comunal dio la noticia de que la Ciudad se hace cargo de los Subterráneos y que tomará la medida de que la línea “A” dejará de funcionar para «mejorar la calidad y la seguridad del servicio» y destacó que la adecuación técnica de la línea llevará «un mínimo de 15 días y un máximo de un mes y medio, dos meses».
Ahora, una Organización no Gubernamental, ONG, presentó ante la Justicia un recurso de amparo para que se los preserven los casi 90 vagones que van a reemplazar.
Sacan de circulación los vagones antiguos de la línea “A” de Subterráneos, los cuales, tienen más de 100 años, siendo los más antiguos del mundo en funcionamiento. Y fueron los primeros en Sudamérica.
De acuerdo a una nota que publicó el Diario Clarín en noviembre pasado, la Asociación Amigos del Tranvía ya se anticipaba la polémica que hoy se vive ya que “Las Brujas”, tal como los llaman los empleados del taller Polvorín, tienen un valor patrimonial muy importante. Dijeron que: “Venimos suplicando que nos entreguen una formación entera. Como ya hacemos con otros tranvías antiguos, los podemos mantener y sacarlos a la calle para que la gente los conozca”. Asegurando que los vagones se pueden vender a museos del mundo, con un costo de entre 300.000 y 500.000 dólares, según el estado de conservación.
Las redes sociales son las utilizadas para que la gente debata de que se debe hacer con los vagones. Basta de Demoler, tal el nombre de la ONG anunció que presentó un recurso de amparo con el fin de que se instrumenten las medidas necesarias para preservarlos y que una parte siga funcionando.
