Según publica Yahoo extraído de una Redacción Internacional, que además se hace en libros, documentales y en Internet, es que la mayor estafa del siglo XX, es que el hombre piso la luna. Fue un hecho muy grande para toda la humanidad, pero según la leyenda urbana es que el famoso pequeño paso que Neil Armstrong dio hace 40 años no fue sobre la luna, sino que se realizo en un estudio cinematográfico secreto y a las ordenes ni más ni menos que de Stanley Kubrick.
Es lo que mantienen probablemente la más famosa de las catalogadas como «teorías de la conspiración», y lo hacen en libros, documentales y, evidentemente, en internet.
Los defensores de esta leyenda urbana, dicen que la Administración de Richard Nixon, ideo este supuesto vil montaje, con le fin de matar dos pájaros de un solo tiro:
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Mostrar, la supremacía de Estados Unidos frente a la URSS en la carrera espacial en plena etapa de la «guerra fría»
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Elevar la moral del pueblo estadounidense que estaba por los suelos tras la traumática experiencia en Vietnam.
Bill Kaysing es el principal ideólogo del «timo» del Programa Apolo, desarrollado en la década de 1960 y considerado como uno de los éxitos más importantes de la tecnología moderna al marcar el hito de llevar hasta la superficie lunar a seis misiones, incluida la histórica Apolo 11, y de que en sólo tres años (1969-1972) doce astronautas caminasen sobre la Luna.
«We never went to the moon» («Nunca fuimos a la Luna», 1974) es el libro que catapultó al escritor Kaysing al rango de «padre» de la hipótesis del fraude lunar al fijar la columna vertebral de la argumentación sostenida aún hoy por los defensores de esta teoría.
Kaysing, en sus libros entre las anomalías que apunta y que luego sus discípulos (entre ellos Ralph Rene) repiten son que cuando se ven las imágenes se ve el cielo sin estrellas y las sombras convergentes que se aprecian en algunas fotos de las misiones, el ondear de la bandera en un ambiente sin atmósfera y por tanto sin viento, la huella perfecta de la bota de Armstrong en el polvo seco de la Luna o la falta de cráter tras el alunizaje del módulo espacial «Águila».
Rene, inventor autodidacta y editor de prensa, ahondó en esos detalles aparentemente «chocantes» en su libro «NASA mooned America» («La NASA alunó a America», 1992) en el que sostiene que la agencia espacial estadounidense carecía de los recursos técnicos para llevar un hombre a la Luna y traerlo de regreso a la Tierra sano y salvo.
Por medio de los libros, una película, un programa de televisión y un documental han contribuido en estos 40 años a mantener viva la llama de esta teoría de la conspiración.
En la película de ciencia ficción «Capricorn One» («Capricornio Uno, 1978), el cineasta Peter Hyams muestra a la NASA fabricando una falsa misión y obligando a los astronautas a ser cómplices de la farsa de un viaje espacial, pero en lugar del viaje hacerlo a la Luna se hizo a Marte.
«Conspiracy Theory: Did We Land on the Moon? (Teoría de conspiración: ¿acaso aterrizamos en la Luna?), fue un programa emitido por la cadena estadounidense de televisión Fox en 2001 el verdadero trampolín desde el que esta polémica saltó a nivel internacional con debates en mil y un foros de internet.
Por último y como broche de oro un año después del programa se hizo un documental-ficción francés, «Opération Lune» (Operación Luna), realizado por William Karel.
Mostrando imágenes de archivo reales sacadas de contexto, y mezclando hábilmente datos verdaderos y falsos, Karel analizó en clave paródica la tesis de que Nixon urdió una compleja trama para hacer creer al mundo que el Apolo 11 aterrizó en la Luna.
El documental, ofrece el testimonio la viuda de Stanley Kubrick, de donde sale la idea de que el cineasta afrontó el encargo de Nixon en los ratos que le dejaba libres el rodaje de «2001: A Space Odyssey» («2001, una odisea en el espacio», 1968).
Lo realmente raro es que, pese a que al final de la cinta queda claro el carácter delirante de la misma y su argumento totalmente ficticio, muchos telespectadores terminaron convencidos justo de lo contrario.
Pensando que aquellas imágenes en blanco y negro del primer hombre andando sobre la Luna, observadas por una quinta parte de la población mundial por la pequeña pantalla un 20 de julio de 1969, fueron sólo una superproducción hollywoodiense.
Haciendo caso omiso a los científicos, técnicos e interesados en hacer que la historia de la exploración espacial haya sido real respondiendo cada una de las preguntas con sus afirmaciones de los «conspiradores», para muchos Armstrong y los otros once astronautas de la misión Apolo jamás pisaron la Luna.
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Me encanta donde dice: «Elevar la moral del pueblo estadounidense que estaba por los suelos tras la traumática experiencia en Vietnam.»
La retirada de USA de Vietnam fue AÑOS DESPUÉS de la llegada a la Luna.
Jajajaja… son un caso los conspiralocos.